El comerciante Johnny Solano, primo de Eugenio Severino, el dominicano que la semana pasada asesinó a su esposa Ruth Pérez Reyes y los hijos de la pareja, Euriany y Eury, dijo creer que fue el Diablo quien le ordenó los asesinatos a su pariente, describiéndole como un hombre trabajador, amante de la familia y que amaba a la mujer que mató.
Eugenio Severino, quien se ahorcó después de asesinar a su esposa e hijos y de quien un primo cree que el Diablo le ordenó los crímenes. (Fuente externa).
Solano, habló con medios locales de Nueva Jersey y Pensilvania en momentos en que se hacen los preparativos y se recaudan fondos para los funerales y enviar los cuerpos a la República Dominicana, donde serán sepultados en los próximos días.
Recordó que él, le dio empleo en su restaurante “La Cuchara” a la esposa de su primo y ella, gestionó el trabajo que su verdugo tenía como lavador de carros.
Solano relató que si bien la pareja tuvo discusiones como es normal en cualquier matrimonio, nadie que conociera a su primo, se imaginaba que cometería crímenes tan atroces, mucho menos contra su propia familia a la que se había entregado.
Es la primera vez que se conocen detalles interiores sobre los asesinatos a más de una semana de la tragedia.
En su página facebook, Ruth escribió que trabajó como internista en su natal Sabana de la Mar, estudió en el campus de UTESA de Santo Domingo y psicología en la UASD y graduó de bachiller en el liceo Virginia Pou de su pueblo.
Los familiares de la mujer, explicaron que ella interpuso una orden de alejamiento contra Severino en enero, porque la había amenazado con matarla.
Severino fue encontrando ahorcado colgando de un árbol en un bosque del parque estatal en el área de Carneys Position en Nueva Jersey, cerca de la casa donde vivía la familia.
Después de verificar la dirección de Severino, la policía halló los cadáveres de la madre y sus hijos hijos pequeños apuñalados dentro de la vivienda en un condominio en el suburbio Penns Grove, Nueva Jersey, el miércoles de la semana pasada.
Solano, afirmó que sabía que ella y Severino terminaron enfrentando desafíos maritales, y que su primo estaba molesto porque ella lo obligó a salir de su apartamento hacía meses antes de asesinarla con sus hijos.
El primo dijo que instó a Severino a tomarse un tiempo para que tratara de arreglarse con la esposa, pero mencionó que su primo no dejaría de llamarla.
«Pensé que nunca la habría dañado a ella ni a sus hijos», añadió Solano.
“Él amaba a su mujer y sus niños, pero en segundos, supongo que el Diablo lo atrapó”, especuló.
El cuerpo de Severino colgando de un árbol en el bosque cerca de la carretera Sportsman Highway en Carneys Place, fue avistado por un transeúnte que avisó a las autoridades, según informó la cadena CBS en Filadelfia.
Cuando los policías de Penns Grove entraron en el apartamento, encontraron a Reyes apuñalada en el baño junto con sus hijos.
Solano explicó que Reyes y Severino se casaron en la República Dominicana, antes de emigrar legalmente a los Estados Unidos y establecerse en Nueva Jersey hacía dos años.
Reyes tenía 24 años y era menor que Severino cuando se casaron y ella, tuvo un hijo de un matrimonio anterior, que vive en la República Dominicana.
Las personas que conocieron a Reyes la describieron como una gran madre.
Solano dijo que la relación de la pareja empeoró dos semanas antes de los asesinatos y se complicó más cuando Ruth decidió sacar a su primo de la casa.La familia de Reyes, que incluye a su madre, su padre y su hijo que reside en República Dominicana, esperan la llegada de los cuerpos para darles cristiana sepultura.
Hasta la noche de ayer martes, las donaciones ascendía a $5, 260 dólares de una meta de $15,000 que la familia espera que le aporten para los gastos funerarios y el traslado de los cadáveres.
Esta semana, el cónsul general en Nueva York, Carlos Castillo, anunció que la sede está al lado de la familia, ofreciéndole asistencia y ayuda económica.
Al cierre de esta crónica, se desconocía cuándo los muertos serán repatriados a la República Dominicana. Por: Miguel Cruz Tejada